Pinya Colada Adventure 09

Dues cullerades de ganes, un rajolí de curiositat, un polsí d'enginy, un terròs d'energia, una part de Jaume, una part de Leire... i remenar amb molt d'amor. Bon viatge!

Dos cucharadas de ganas, un chorrito de curiosidad, una pizca de ingenio, un terrón de energía, una parte de Jaume, una parte de Leire... y revolver con mucho amor. Buen viaje!

martes, 24 de noviembre de 2009

Gazcue, plaza de las culturas y Palacio de las bellas artes

El ensanche de la zona colonial es el Gazcue, un barrio de casas bajas donde se acomodó Trujillo y su familia. Los estilos arquitectonicos se mezclan y convierten el paseo en un museo al aire libre. Estilo colonial, art deco, barroco... cada casa define el estilo de vida de su propietario. Aunque la mitad esten a punto de caerse y llenas de ocupas, las demas presentan un buen aspecto y le dan al barrio un toque interesante. Siguiendo una de las calles principales se llega a la Plaza de la Cultura, una gran zona ajardinada con tres museos, el teatro nacional, la biblioteca nacional y la cinemateca. La cinemateca esta cerrrada pero Marta nos ha contado que tiene un programa de proyecciones muy interesantes, así que decidimos que volveremos en otra ocasion. El calor amenaza con fundirnos la suela de las chanclas y decidimos quedarnos a la sombra en el parque y ver un mercado de jovenes disenadores locales.
Tras un descanso tomamos la avenida Maximo Gomez hasta llegar al Palacio de las Bellas Artes y hacer una visita al edifico que alberga una exposicion de Urena Rib con pinturas Orgánicas. El edificio parece un capitolio en pequeño, un guía nos informa que esa tenía que haber sido la residencia del presidente y que al final, por su proximidad al mar, la abandonó.
Decidimos volver para comer y descansar, pues por la noche nos han invitado, inaki, a cenar en su casa en la parte nueva de la ciudad. Un loft de 315 metros cuadrados con vistas a la ciudad, con pocos muebles, mas de 400 discos de vinilo y una cena a base de gazpacho y lomo al horno. 100 x 100 dominicano vamos. Inaki es vasco asi que nos deleita con una comida digna de la más preciada sociedad gastronómica donostiarra. La pena fue havernos dejado la camara y no poder immortalizar el sito y las vistas. Es majo asi que esperemos que nos vuelva a invitar y pogamos echar unas fotos.
De vuelta, al hotel, y una charla en la terraza con Tobias, el hostal es como una gran familia, donde al final te enteras de los chismes de todo el vecindario.

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